Genaración del 27: Jorge Guillén



JORGE GUILLÉN (1893-1984)

Jorge Guillen

Biografía

Jorge Guillén se licenció en Filosofía y Letras en 1913. Era poeta y crítico de literatura. En la Residencia de Estudiantes conoció a buena parte de los poetas de su generación. Como Salinas, fue Lector de español en La Sorbona. En 1925 obtuvo la cátedra de Lengua y Literatura en la Universidad de Murcia. Durante la guerra se exilió a Estados Unidos. Viajero incansable por Europa y América, en 1976 regresa a España para fijar su residencia en Málaga donde falleció en 1984.

Cántico (1928) tuvo varias ediciones (1936, 1945 y 1950). Clamor se publicó en tres entregas: Maremagnum (1957), Que van a dar al mar (1960), A la altura de las circunstancias (1963). Homenaje (1967).

Obra

  • Cántico

  • Clamor

  • Homenaje

  • Reunió estos tres volúmenes en un conjunto titulado Aire nuestro

  • Final

Cómo escribe

LOS NOMBRES

Albor. El horizonte
entreabre sus pestañas,
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina

de las cosas. La rosa
se llama todavía
hoy rosa, y la memoria
de su tránsito, prisa.

Prisa de vivir más.
A lo largo amor nos alce
esa pujanza agraz
del Instante, tan ágil

que en llegando a su meta
corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
yo seré, yo seré.

¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.

(Cántico, 1928)

 

LAS DOCE EN EL RELOJ

Dije: Todo ya pleno.
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
Sonaron con amor.
Los verdes eran grises,
El amor era sol.
Entonces, mediodía,
Un pájaro sumió
Su cantar en el viento
Con tal adoración
Que se sintió cantada
Bajo el viento la flor
Crecida entre las mieses,
Más altas. Era yo,
Centro en aquel instante
De tanto alrededor,
Quien lo veía todo
Completo para un dios.
Dije: Todo, completo.
¡Las doce en el reloj!

(Cántico, 1928-1950)

 

MUERTE A LO LEJOS

Je soutenais l'éclat de la mort toute pure.
Valéry

Alguna vez me angustia una certeza,
Y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándolo está de pronto un muro
Del arrabal final en que tropieza

La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza
Si la desnuda el sol? No, no hay apuro
Todavía. Lo urgente es el maduro
Fruto. La mano ya lo descorteza.

...Y un día entre los días el más triste
Será. Tenderse deberá la mano
Sin afán. Y acatando el inminente

Poder diré sin lágrimas: embiste,
Justa fatalidad. El muro cano
Va a imponerme su ley, no su accidente.

(Cántico, 1928-1950)