Genaración del 27: Luis Cernuda



Luis Cernuda (1902-1963)

Biografía

Nació en Sevilla en el seno de una familia burguesa, su padre era militar. De la personalidad de Cernuda destaca su sensibilidad, tenía un carácter tímido y buscaba la soledad. Ni en su vida ni en su obra ocultó su homosexualidad, quizá esto le conducía a su aislamiento.

El deseo y la realidad chocaban en el mundo interior y exterior del poeta. En la universidad fue alumno de Pedro Salinas, en esta época conocerá a los poetas de la generación del 27 que viajaron a Sevilla para preparar el homenaje a Góngora.Fue Lector en la Universidad de Toulouse (1928).

Durante la guerra apoyó el bando republicano y en 1938 salió de España como tantos otros. A partir de 1953, vive en México, donde murió en 1963.

Luis Cernuda reunió sus obras bajo el título La realidad y el deseo. De su estancia en Francia, surgirán: Un río, un amor, donde el poeta canta a la ausencia de amor en el mundo y Los placeres prohibidos, introduce el tema del amor erótico olvidando el amor espiritual.

En ambos libros están presentes las imágenes surrealistas del inconsciente. Invocaciones a las gracias del mundo cierra su poesía anterior a la guerra. Destacan los poemas como El joven marino o Soliloquio del farero sobre la soledad.

Durante el exilio compone Las nubes, en el que incluye un poema a la muerte de Lorca. Vivir sin estar viviendo, Con las horas contadas, y Desolación de la quimera hablan de la amargura, la patria perdida, y en algunos poemas evoca la Grecia clásica.

En los últimos años de su vida, el poeta se manifiesta cansado y con la muerte muy cercana.

Obras

  • Perfil del aire

  • Égloga, elegía, oda

  • Un río, un amor

  • Los placeres prohibidos

  • Donde habite el olvido

  • Invocaciones a las gracias del mundo

  • Las nubes

  • Desolación de la quimera

Cómo escribe 

Quisiera estar solo en el sur

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur

de ligeros paisajes dormidos en el aire,

Con cuerpos a la sombra de ramas como flores

o huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,

Y esa voz no se extingue como pájaro muerto;

Hacia el mar encamina sus deseos amargos

Abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.

La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta,

Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.

Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.